viernes, 27 de marzo de 2009

La vida despierta. Amanece en Santiago
ultimo rincon de los sueños gitanos
podridos caminantes, ebrios de chupaya y ojotas
de trotes nortinos y cuentos del sur.

Se entremezclaron de noche y hoy la vida despierta
Amanece en Santiago
y los condenados parecen haber olvidado todo
se despierta y se nace
nace el niño podrido listo para olvidar
nace olvidado y canta algo de mas alla.

La ciudad que crece a la fuerza de ratones ya no sabe mucho.

1 comentario:

Santiago Arcos dijo...

El amanecer mata a Santiago. Cómo podría ser de otro modo, cómo podría sobrevivir una criatura que crece a fuerza de ratones. Cómo la bestia, la gran bestia de nuestros días y nuestros continentes, podría desayunarse con luces y luceros de una mañana, de una vida normal. ¡Asco de las constelaciones! La bestia come noches y fornica con ellas, se deleita en sus múltiples sangrados lujuriosos. Somos un rufián queriendo ser un Altazor o una flor en la ventana del mundo. Pero nuestro olor de ratas y licores tan deseados y tan negados nos delatará sobre los segundos mientras leamos el miserere. Somos la decadencia celestial, la podredumbre divina. Somos un Santiago medio muerto. Ebrio, eternamente ebrio. Caliente, eternamente caliente. Moribundo desertor gritará su último orgasmo en la herida de la lanza.