lunes, 29 de marzo de 2010

Del Anhelo del Negro

Reflecciones en torno a un poema de Julio Cortazar; Negro el 10.



El vacío como origen.
El vacío como raíz.

La nada cuando es lo único se vuelve todo, no hay espacio en el infinito, no cabe un cuerpo en la ausencia absoluta de la noche primera. No hay palabra pues las conciencias ocupan el mismo lugar y son solo una.
Cuando nace la luz se crea el espacio, los cuerpos se diferencian, se observan diferentes al resto y se dividen, se distancian y las conciencias se separan.
El lenguaje nace como el anhelo desesperado de volver al origen oscuro, la palabra es ese deseo de querer juntarnos, de unir los entendimientos como al principio, la luz al crear el espacio crea el desentendimiento, la incomprensión, el abismo entre nosotros que debe ser llenado por la palabra.

El cielo ya se ha separado de la tierra y se a creado el aire (hábitat de la lengua), el espacio, el abismo.
Ha nacido el lenguaje, la palabra y su anhelo.

Pero aquella noche materna clama respeto, nuestro nacimiento tiene como origen el vacío e inevitablemente volveremos a él. Solo el hombre y su palabra desafían tal destino solemne, el hombre con su lenguaje se niega a caer ante la sentencia primera.

El poeta dispara contra la verdad.

“La luz ha trizado el cielo” y ha escapado una bandada de Altazores, los altos zores de pico negro entrelazan su vuelo tejiendo en el vacío una red que no ha sido creada.
En la ausencia surge la palabra y el poeta es su origen.
El hombre y el vacío que es llenado por su palabra y es esta la que finalmente construye la realidad del hombre y ala vez al mismo.

La palabra ha creado al poeta y su destino es el vacío.

El destino que no es destino sino anhelo de volver al origen de todo, la nada, de desaparecer y volver a la conciencia única, flotando en el vacío, entre los susurros de su existencia, flotando entre los escombros del hombre, su palabra.

Es el sueño el que rompe la ilusión de la vigilia y nos lleva de vuelta al cobijo materno de la noche eterna, ahí donde una pesadilla sin fin es contada en tan solo unos pocos segundos de la noche, los ojos cerrados nos presentan el poder del negro, el potencial del sueño de volver a ser como fue.

La vigilia es una caída al negro, una “ruleta de la muerte” y la palabra parece ser su cómplice y a la vez la única redentora.
El poeta sabe que su condena es crear de noche para morir de día, que en el negro es Dios y en la luz rebaño, que su palabra rechaza su caída pero a la vez la acelera y que el poder de su noche es la ilusión de vigilia pues la noche ultima será como la primera y querrá ahogarlo todo en el silencio, volver a ser 1 todo lo que es, la muerte como único testigo de un mar de conciencias sin limites, el poeta sabe de su condena y por eso escribe, pues pretende ser él quien al enfrentarse a la muerte sea quien tenga la ultima palabra.





(Las frases citadas en el texto corresponden todas al poema)

3 comentarios:

Grietagarbo dijo...

que lindo eso de que el habitat de la lengua es el aire. en todo caso el habitat de la lengua puede ser otro, yatusabes 1313.


me gustó tambien "nuestro nacimiento tiene como origen el vacío e inevitablemente volveremos a él".
me gusta la idea del ciclo, un real circulo vicioso.

el poeta se caga en la verdad, yo creo.

puta, tenis buenas frases.

manolo eris bacan. eris terrible buen amigo. si saliera mas temprano a comer te invitaria unos completos washo!

nos vemos!

tillo.

Mariana Wilde dijo...

de la nada a la nada.. voy y vuelvo y entremedio nazco, vivo, creo, invento momentos... un sentido al ir para volver.. tiene sentido? por supesto que si...

A. Amapola Oriali Makarova dijo...

A ver cómo es la cuestión... para publicar en la Malva Antül tiene que ser inédito, sin haberse publicado antes... jajaja En todo caso está bastante bueno, por algo está de los primeros! jaja, saludos Manolete.
El sábado se perdieron lo mejor!!...